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Estantería de la Biblioteca «Gonzalo de Berceo» (Burgos)

Somos los libros que hemos leído

Ricardo Ruiz

La última vez que estuve en la Biblioteca «Gonzalo de Berceo» sentí la misma sensación que me produjo visitar por primera vez, siendo todavía un niño, una biblioteca. El inconfundible olor de aquel templo del saber, silencioso e intimidatorio, embriagaba de nuevo mis sentidos pasados tantos años. La misma sensación, tan reconfortante como amedrentadora, que sentimos cuando accedemos a un colosal edificio que empequeñece nuestra estatura física e intelectual. Deambular por los pasillos, estantes y anaqueles de una biblioteca nos permite asistir a un espectáculo donde los actores principales, los libros, nos invitan a participar en la fiesta de la escritura en un gigantesco escenario que se transforma en un santuario de conocimiento y emociones.
Hablar de la trascendental función que cumple una biblioteca se me antoja tan obvio como necesario. En mi caso, además, las bibliotecas jugaron un papel determinante en el despertar de mi vocación periodística y literaria. ¿Qué haríamos sin las bibliotecas, sin el vasto saber que atesoran y transmiten sus habitantes, los libros? La vida tendría otro valor, mucho más empobrecedor, triste y sombrío. Navegar por sus océanos de palabras, viajar por sus ríos de tinta o caminar por sus bosques de letras nos educa, nos enriquece, nos consuela, nos reconforta, nos divierte y nos humaniza porque leemos para no estar solos, para conocer otras vidas, para soñar otros mundos, para explorar otras culturas, para hacer más soportable y menos mezquino este loco mundo.
Algún escéptico puede pensar que la lectura de un libro no nos hace más felices; quizás sea cierto, pero no menos cierto es que leer nos hace menos infelices porque los libros estimulan nuestra vocación soñadora, nuestro afán de búsqueda de la belleza y nuestro sentido crítico frente al omnímodo poder político y económico que pretende estrangular nuestra capacidad de pensar, de discernir o de soñar.
Somos los libros que hemos leído. Gracias a las bibliotecas y a su impagable contribución a la divulgación de la lectura, los libros nos ayudan a vivir, a ser más humanos, a ser más libres. Celebrar el aniversario de la Biblioteca «Gonzalo de Berceo» es un motivo de gozo y satisfacción. Feliz cumpleaños y que cumplas otros 20 años más, por lo menos.

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